SSD una maravilla de la tecnología

 Estas unidades proporcionan una mejora exponencial del rendimiento de los ordenadores en operaciones de lectura y escritura. Además, como no tienen partes en movimiento, son menos sensibles a golpes, son inaudibles y garantizan un acceso rápido y baja latencia.


Los discos SSD también emplean la interfaz SATA, como los HDD, lo que permite intercambiarlos fácilmente sin necesidad de recurrir a adaptadores para instalarlos al equipo.



Aunque no debería pasar, conviene saber que estas unidades tienen una vida útil inferior a los discos duros tradicionales debido a que su número de ciclos de escritura es limitado, pudiendo así ocasionar la pérdida de información inesperada y de forma irrecuperable.


A partir del año 2010, una gran parte de discos duros SSD utilizaron memoria flash basada en puertas NAND, las cuales no necesitan alimentación eléctrica para retener los datos. También, los SSD pueden construirse a partir de memoria de acceso aleatorio (RAM) y son capaces de emplear independientes fuentes de alimentación para mantener los datos, una vez se desconecte la corriente eléctrica.


Asimismo, se han creado discos duros con memorias flash o unidades de estado sólido híbridas (SSHD) que contemplan ambas tecnologías, y que intentan complementar capacidad y velocidad a precios más bajos que los discos SSD.


Historia de los SSD

Los SSD han variado a lo largo de la historia. En primer lugar, destacan los SSD basados en RAM. A mediados del siglo XX se empleaban dos tecnologías, memoria de núcleo magnético y CCROS, las cuales fueron desplazadas por las memorias de tambor que eran más asequibles. En los 70 y 80, fabricaron memorias con semiconductores, con poca aceptación en el mercado.


En el 1978, la empresa Texas Memory presentó una unidad de 16 KiB basada en RAM para la industria petrolera que mejoró, sin duda, las operaciones. Así fueron surgiendo nuevas versiones, algunos incluso poseían una pila recargable que conservaba los datos cuando no estaba en funcionamiento.


Los SSD basados en flash salieron al mercado en 1995 gracias a M-Systems. Desde entonces, los SSD se han utilizado en las industrias militares y aeroespaciales como alternativa a los discos duros ya que disponen de una alta tasa de tiempo medio entre fallos (MTBF), soportan golpes fuertes, cambios abruptos de temperatura, turbulencias y presión.


También existe la unidad flash empresarial (EFD) que están destinadas a aplicaciones que demandan alta tasa de operaciones por segundo, así como también, fiabilidad y eficiencia de energía. Generalmente, las unidades flash empresariales son un SSD, pero con unas especificaciones superiores, por ejemplo para su uso en Servidores.


¿Qué es un disco duro SSD?

Un disco duro SSD (en inglés, solid-state drive) es una unidad sólida que almacena datos utilizando memoria no volátil como la memoria flash y que ha pasado a sustituir a los discos duros convencionales de discos magnéticos HDD.


Finalmente, aparecieron las RaceTrack. En la actualidad las investiga IBM en fase experimental. Se trata de memorias no volátiles basadas en nanohilos de níquel, hierro y vórtices que permiten velocidades mil veces superiores a los tradicionales​




Ventajas de los SSD

Entre las ventajas de un disco SSD resalta su velocidad, el arranque es más rápido pues no tiene platos giratorios ni cabezales, lo que permite una amplia velocidad de escritura, mayor rapidez de lectura, incluso diez veces superior que los discos duros tradicionales.


El consumo de energía, la producción de calor, el peso y el tamaño también es menor debido a que no tiene elementos mecánicos, así como es considerablemente resistente ya que puede soportar golpes y vibraciones sin descalibrarse como un cabezal de HDD.


El tiempo medio entre fallos (MTBF) es mejor a otros discos duros y supera dos millones de horas. Su rendimiento es constante y no se deteriora mientras se va llenando de datos. Es un dispositivo libre de ruidos, muy seguro, que garantiza una rápida limpieza de datos almacenados.


Fabricantes reconocidos de SSDs:


Kingston, Sandisk, Toshiba, Samsung, Seagate BarraCuda, OCZ, Crucial, Western Digital.


Garantía dada por el fabricante:







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